Vivimos en una ciudad

 

   Vivimos en una ciudad

 En una casa, hasta que se disipó la niebla

 y pudimos ver el mundo,

 Lo que había en él, las montañas, los ríos

 y sus ciudades, otras ciudades

 y lo que había detrás de esas otras ciudades

 En realidad el mundo siempre existió

 y se escondía a eso de las tres de la tarde

 debajo de unos ladrillos

 Para que los niños, no lo molestaran 

El mundo era así , pequeño y escurridizo

 y cuando lo encontraba, de bajo de unos ladrillos

 salía corriendo a esconderse debajo de otros

 Por suerte, para mí y para el mundo

 había muchos ladrillos

Y eso hizo que mi relación 

con el mundo, no fuese tan problemática

 como con las personas, a lo último 

Yo hacia que buscaba

 y el mundo que se escondía.

Las nubes

 

Las nubes

 Vos sabes

 Que las nubes no se pueden tocar

 ¿Entonces; porque tanto las miras?

Le sugerí, que era una locura

 

Le sugerí, que era una locura

 traernos un poste con el nombre

 de una calle de París, como un recuerdo,

 un souvenir, de nuestro viaje

 Que nos detendrán apenas

 pongamos un pie, en la aduana 

Que jamás llegaremos abordar un avión

 En su defensa, argumento, que los museos,

 el comercio, y la cultura, está en sus cimientos, el robo a otras naciones

 Porque no solo llevamos el letrero,

 sino también el poste de hierro forjado,

 con un o dos adoquines,

 que por vernos en apuros, no pudimos quitarles,

 Además, ¿para qué lo queria? si en nuestro municipio, no nos dejarían ponerlo, 

en nuestra casa, donde vivimos, en una calle, con nombres de un prócer, de la primera junta de gobierno

 Que dirán las voces más conservadoras, la historia, si cada cual hiciera, 

lo que se le parece o quiere 

Ahora mismo, hay alguien en la calle Boulevard de Grenelle, que no sabe donde se encuentra,

 y hay otros tantos, que no saben donde viven.

Stydio tiene una bolsa de basura

 

Stydio tiene una bolsa de basura

 que saca todas las noches

 para que un camión municipal

 se la lleve por las madrugadas

 Pero como eso, es algo que nunca ocurre 

Stydio la vuelve a entrar, decepcionado, todas las mañanas

 para que nadie la rompa, o la tire por la calle

 Para volver a sacarla ese mismo día, antes que oscurezca 

Esa simpatía, cuidado, hace que la bolsa 

se sienta viva, una extraña emoción

 renace en ambos, cuando se vuelve a reencontrar

 Todas las mañanas, hasta a stydio se le ocurre

 ponerle un nombre, vestirla

 con un vestido con motivos florales,

 muy propio de cada estación 

Pasear un rato de la mano, por las tardes

 hasta tomara asiento en un parque

 hasta que oscurezca y se haga  la hora de volver

 Por eso, se le ocurre a Stydio que un día 

cuando no esté en su cesto, la va estrenar 

Y le da por pensar, que se le va a hacer muy difícil

 un futuro sin la bolsa, de lo finito

 que será la vida de los dos, del uno sin el otro

 Pero como eso es algo que nunca ocurre

 … Su ausencia, le da por pensar

 que hay algo más fuerte, que los une, enunparasiempre

 Más fuerte que el amor y el destino

 llámese; desidia, inoperancia, indiferencia municipal.

Un árbol sujeto de derecho

 

Un buen hombre acusó a otro

 por los daños que le ocasiono la caída de un árbol

 al techo de su casa, afirmando que dicho árbol 

estaba a escaso metro

 de su medianera, descuidado

 y que el vecino hizo, caso omiso

 a sus reiterados reclamos

 Continuación, el juez le pregunto a las querellas

 quien había estado primero en el terreno 

¿La casa o el árbol ?. 

el abogado de la querella

 respondió, que el árbol

 y continuación, el juez alego

 Nadie le pidió a su representado

 que construya una vivienda, junto a un árbol

 o cerca de un río, o debajo de las laderas de una montaña

 no se puede derribar una montaña

 ni correr él cause de un río

 por provecho propio

 Ni dañar a un árbol, sin que haya un culpable

 quien construya una casa junto

 a un bosque o a un solitario árbol,

que sepa a qué atenerse, que no se culpe a la naturaleza

 de los asuntos humanos

 y se hizo justicia.

 luego, fue el caso, de una señora denunciando el hurto

 de una cartera

 Una joven la ausencia de un hogar

 Un hombre tras su condena

 Un niño en búsqueda de un poco de harina agua y sal.

Inmobiliaria El yuyito

 

La joven le contaba a su Padre 

donde vivía con su novio

 Vivía en el piso treinta y tres 

y desde su departamento

 se veía el río

 Su piso era pequeño, 

pero estando tan cerca del cielo

 y el amor,  lo hacía grandioso.

Si amas a alguien

 

Si amas a alguien

 no lo sueltes, acompáñalo

 con inocentes zancadillas 

átalo a tientos de acero

 atrápalo en jaulas de oro

 sótanos de juegos 

escuelas privadas 

porque pronto sé ira 

como le paso al mío

 llevado por mareas humanas

 por un viento que lo remonto, hacia la estratosfera

 succionado por un universos paralelos

 por un camino siempre nuevo

 porque el amor sin que se ama

 es una campana sin su sonido

 es lágrimas sobre lágrimas

 razón sombre razones

 Es no poder apartar nuestra mirada de una entrada;

 del camino por el cruel que lo ha llevado

 del atardecer de la espera.