Cuando enterramos a Papá
Con el apuro del caso
Olvidamos enterrarlo con sus dientes
Que depositamos higiénicamente
Dentro de un baso de agua.
Como si fuera un pez dorado
O los retorcidos tentáculos de un pulpo
Dentro, guardado en un armario
Ahí están, para quien osé mirarlos
Recibirá por repuesta una sonrisa.
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