viernes, 2 de octubre de 2020

El hombre llegò a la luna



El hombre llegó a la luna
 pero stydio no sabe volar
 Mientras los hombres vuela en aviones supersónicos
 Stydio camina mirando las nubes 
las hojas de los árboles, mientras hace equilibrio,
 sobre el cordón de una vereda 
los hombres cantan con sus voces estereofónica,
 en enormes estadio repletos gente, en tiendas, en meganegocios
 se repiten sus voces, como el eco de una cueva
 Stydio escucha los sonidos del viento
 sus pasos que da en la casa 
Stydio ya no come carne, y ningún
 producto comúnmente llamado leche
 con el que se alimentan los terneros 
cuando no era un derivado más industrial
 el sostén de una maquinaria de tortura.
 Ni acepta la miel violentamente sustraída, de una colmena 
aunque todas las abejas sean monárquica
 y Stydio repudie la monarquía
 aunque esa monarquía provenga de un ser tan diminuto
 como una abeja, y sea tan natural, como la miel que la condena.
 Stydio no come ningún jarabe para la tos, con tostadas
 porque le gusta que las abejas vuelen en libre
 mas que sean perpetuadas , en frente de un envase de jalea
 Mientras los hombres construyen monumentales, rascacielos
 Stydio busca repuestas en lo efímero
 que vive suspendida en mota de polvo
 Mientras el hombre domina los mares, 
sus navíos se alejan de las costas
 por interminables días para que sus redes
 para hurtar de los mares sus cardúmenes
 Studio observa la postal , de un cielo estrellado 
como quien navega en su silencio 
ambos tan lejanos como insospechados
 Cuál es la medida de Stydio
 si la medida de lo humano es lo inconmensurable
 el hombre que mira a Stydio, desde lo alto de un rascacielos
 el que està parados sobre cientos de ojibas nuclares, 
o sobre un puente, sostenido por tientos de acero, tan grandes
 como circunferencia de media docena de ellos
 no he de extrañar que Stydio, reniegue de todo lo humano
 que hay en él, salvo sus sentimientos.


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