viernes, 23 de octubre de 2020

EL Cartel

Cuando llegamos al pueblo
 Lo primero que vimos
 fue el cartel
 Que estaban sobre los postes
 En las fachadas,  en algunas vidrieras
 y pegados, sobre los muros
 Todos los carteles tenían el mismo escrito .
 "Atención, no se suicide durante la niebla
No atente contra su vida.
 Procure hacerlo cuando la niebla
 se halla disipado. Desde ya. Muchas gracias"
 Después fuimos encontrando
 los cuerpos, de los muertos
 todos estaban sin vida
 la mayoría se habían quitado
 por si mismo la vida, otros no
Abrían suplicado, que otros lo hicieran
A la  mayoría no le falto valor
 Un arma, un lugar alto desde donde arrojarse
 una silla donde subirse para ahorcarse
 o los gases, del escape de un auto
 Estaban por todas partes,
 dentro o fuera habitaciones cerradas
 sentados o acostados, de pie o en el piso
 No había una casa sin su cuerpo
 Una calle, un lugar, sin su cantidad de muertos
 No nos sorprendió lo de la niebla
 porque es muy común la niebla
 en los pueblos costeros
 Ni tampoco que las personas,
 atenten contra su vida 
 antes lo desconocido, lo insoportable
 lo he visto en animales salvajes en insectos
 Pero lo que más, nos llamó la atención
 Fueron los carteles, que todavía estaban ahí 
inalterados, insistentes, con sus recaudos
 reclamándonos nuestra atención
 ¿Quién los había escrito?
 sirvieron de algo, esas palabras 
Se habrá salvado alguien, por haberlo leído
 o antes la niebla, todos
 tendremos el mismo impulso,
 el mismo acto irreflexivo,
 Habiéndolo o no, leído
 el mismo cartel.

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