miércoles, 14 de abril de 2010

La Danza, lo irrefutable




Me gustaba su forma de ser
De cómo veía
Cada una de mis constantes
Como una salvedad
Cada una de mis críticas
Un elogio
Yo siempre fui la luna
Y ella mi estrella más cercana.

Ponía un norte en mi horizonte
Cuando le llevaba la contra
Cambiaba de posición las velas
Como si no le importaran
los vientos
sino el camino.

Cuando ignoraba su belleza
Y la del día
Sacaba de su color
Una tela
Hallaba una canción
De mi silencio
Depositaba en mis oídos
Una letra

Sin que yo la esperara
se ponía de punta de pie
se abalanzaba hacia el cielo
y los traía hacia sus manos.

De mi quietud
hacia una danza
De mi corazón una acordeón
De cada una de las esquina
Un precipicio
Un salto mortal,
En cada vereda
Una acrobacia
En una baldosa.

De lo soñado
Hacia el día
De nuestros hallazgos
Los encuentros.
De nuestros desencuentro
Lo irrefutable.






El Pastor Solitario gheorghe zamfir

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