Cada vez
que iba
con un osito de peluche de regalo.
"Que eran uno más lindo que otro".
"Que este me gustó más que el de ayer".
Todos los días le llevaban uno nuevo.
Que iba a ser un recuerdo.
De uno de nuestros días.
Una postal de nuestro presente.
Para nuestro porvenir.
Nunca le preguntaba qué hacía con ellos.
O si se los donaban a un orfanato.
Nunca me pregunté, cómo se hacen.
¿Cómo es eso de trabajar
todo el dia, las 24 horas seguidas?
Sin un descanso, de sol a sol
Sin un mañana, ni un presente mejor
¿Cómo es que se llega, vivir con estas cadenas?
La explotación del hombre por el hombre
La necesidad tiene cara
De osito de peluche.
Pero a ella no le importaba.
O si le importaba, valoraba más mi presencia.
Junto a la de un osito de peluche.
Que algún juicio moral, perdido en el tiempo.
Junto a un osito de regalo.
Para Navidad me pidieron.
Otro más grande.
Más grande de lo común, a unísono exclamaron.
Como para la fiesta, acotaron.
Que tenga forma de chanchito, cerdito.
De lechón, para ser más exacto
Vos trae la cena (si había necesidad de aclararlo).
Con sonrisas, que quisieron ser cómplices.
Que no hicieron más que llenar de incertidumbre.
Las restantes horas de la velada.
…Nunca les pregunté qué hacían con ellos.
Ahora entiendo los cientos
de ojitos de vidrios, que hay en el patio.
Al irme, pisé cientos de ellos.
Era como si de golpe, se me fueran
las ganas de comer.

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