Me preguntan que hacemos todas las tardes
Si rezamos, o somos una unidad básica
O un club de barrio
Pues de afuera el tinglado
Todo se parece
No hemos puesto un cartel, para publicitarlo
Por las tardes después del colegio
Cuando ya habíamos hecho nuestra tareas
O en vacaciones
Cuando las tardes se codean con la noche
Jugamos a tomar el te
Con tasas de plástico
Con delicias, tortas, que no existían
Con besos de mentira
En el cuarto de costura
Con maniquís olvidados
Confeccionábamos nuestros abrazos
En piso de madera
Fuimos contados como pocos
Son los días de la semana
Hasta que se corrió la voz
Nuestro secreto se nos hizo un fuego
En nuestras bocas
Y alguien hizo saber lo bien que lo pasábamos
Los días y las horas en que jugábamos, despues éramos tantos
Que con los años
Compramos, ese cuarto y las dos casas
Que estaban al lado
Lo techamos con un tinglado
Le pusimos un balcón, para que mire al populacho
Seguimos juntándonos. Aunque nos llovieran invitados
Duendes de yeso, pintados a manos
Sin las ropas no sabíamos de donde éramos
Éramos muchos, tantos, otros días
Pocos, que extrañábamos
Impuntuales, a horario
Para tomar el te que no existía
No hay cuartos
Solo el piso y arriba en lo alto, el techo
Con sus luces y su sombras
Y nuestras imaginaciones allá abajo
Algunas telas que no se usaron
Que despropósito por no crecer
De no comprar cubiertos de veras
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