Los obsequios, de collares de cuero
Comer de la sartén, en la mesa
los sillones tullidos, los almohadones
con clase, las alfombras polvorientas
Permanecer en el suelo
cerca del fuego
en las noches de invierno
los paseos por los parques
con su grupo de amigos, un coli
y un buldog, que encontramos en la calle
Llegar al parque, tirándome de la corea
acompañarme todo el día en mi trabajo
viajar en la caja de atrás de las camionetas
A veces cuando empieza a llover
le abro la puerta, pidiéndole
que pase, creyendo
que todavía esta afuera
y me quedo ese instante
que dura mi desconcierto
mirando a la nada
Más que una mujer,
ella
era mi mejor amiga.
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