Te acordás de esas mujeres
que vivían sola, en una casona
en colonia villa Las Heras, que nos habían
comprado unos muebles, y le
habíamos hecho un trabajo de carpintería,
Que una tarde, me encontré con un revolver
que estaba en un cajón de una mesada
Que vos me habías dicho
que
no era de verdad, que era de juguete
Parece ser que un muchacho, que estuvo
trabajando en la casa, se enamoró
de una de ellas, la del medio, La Exigente,
como le decíamos nosotros,
Fue por esa confianza que le tenían,
conoció
todos los vericuetos de la casa
Sabia que unas de las ventanas de una de las piezas no tenía rejas
Y fue por esa ventana que se le hizo
una costumbre, mandarse por las noches, y
una de esas madrugadas la mujer que lo esperaba lo desconoció
O quizás nunca tuvieron una relación clandestina, y solo fue un intruso
y la jovencita quiso defender su honor
De todos modos, solo dos saben
lo que pasó esa noche
Y uno tiene cinco disparos
en el cuerpo,
y uno le partió el corazón
en dos partes iguales, como un souvenir
de San Valentín.
La exigencia, es algo que se va perdiendo
con el tiempo...
Pero no así, la puntería.
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