miércoles, 17 de febrero de 2021

Es una suerte, su cercanía

 

Es una suerte, su cercanía 
Que vivamos a unas cuadras
 El uno del otro; que cuando
 la estrenó, puedo ir hasta su comarca,
 a su aldea, caminando
 Sin cruzar montañas escarpadas
 estepas heladas, ríos infranqueables
 el andar interminable de varias semanas,
 con sus noches y plenilunios
 Hasta dar por fin con ella, para preguntarle 
Si en realidad me extraña, como extraña mi corazón
 al suyo, que es verdad,
 como dicen las piedras 
de la encantadora de la aldea,
 que no podemos vivir, el uno sin el otro
 Al llegar a su casa, no he encontrado. En su lugar
 hayo a su criada, una adorable anciana de carácter
 huraño y osco, unas cuantas gallinas 
y unos patos, y el sol reinante, del medio día
 en su trono en el centro del patio
 La amable anciana, con sus pocas palabras
 y sin dejar de sacarle las plumas de un finado gallo,
 juntos a una cocina de leños encendida 
me ha informado, Que buena amiga, mi sol de los días,
 se ha ido a pasar una temporada en una finca
 de la familia de su prometido
 y es ahí, cuando retomo mi vuelta, este pequeño viaje,
 de unos cuantos pasos, cruzando montañas
 escarpadas, estepas heladas, el andar interminable
 por varias noches, bajo sus cielos
 nocturnos, estrellados, de infinitas estrellas, 
solitarias todas ellas.


No hay comentarios: