Cuando la madre de Clementina
encontró Jorge Aurelio, entre sus baratijas
chucherías, pulseras de lata
Le pregunto a Clementina, si eso que tenia
era una estrella de mar, verdadera
Con lo que Clementina asintió
con un gesto con la cabeza
¡Eso esta muy mal, Clementina!
Le reto su madre, con otro gesto de reproche
¿Que diràn sus familiares, si te han visto?
O peor aùn si no te vieron, me pregunto
si todavia lo siguiran buscando.
Clementina, casi siempre le acercaba
a Jorge Aurelio, una gota de agua
mitad salada y mitad de la canilla
o a la cercania de una ventana
cuando presumia, que se iba a quedar lloviendo
o a su rostro, cuando estaba muy triste
porque sabia que nada ni nadie
podia sacarle de ese sentimiento
Asì, un poco en una pieza y otro poco
en la bañera de un baño
se le pasò un año volando,
a Jorge Aurelio en la ciudad
Hasta que uno de esos dias
Clementina, preparo sus dos trajes de baño
del año pasado, mas uno nuevo
verde con vivos amarillos
que llevaba para extremar,
que puso en su maleta
junto con un par de ojotas, y un tarro azul plástico, para juntar arena, con su palita
y puso a Jorge Aurelio arriba de todo
como si fuera un arbolito de navidad
Cuando Clementina regreso al mar
Tenia puesto dos salvavidas, uno en cada mano
mas otro que llevaba a modo de cinturón,
y no olvido
llevar a Jorge Aurelio,
donde lo había encontrado
dejándolo muy cuidadosamente, sobre la arena
donde la cercanía de las olas
apenas la humedecían.
Un poco fue su imaginación
y otro que fue verdad, que al sentir el mar
Jorge Aurelio perdio su forma rigida, esa
que le hacia creer a todos, que no tuviera vida
Lo que mas lamenta, Clementina no es que se haya ido, es que en todo este año
que pasaron juntos
No le haya enseñado, a Jorge Aurelio
escribir su nombre... Clementina
Así bien grande, como lo escribe ahora
con un bastón en la arena, asi Jorge Aurelio
lo podria escribir todos los dias
Cuando Clementina no estuviera en la playa.
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