De chico confundí las caricias,
con las cachetazos
con cada cachetadas se me
me fueron cerrando los ojos,
los golpes
forjaron mi carácter,
los gritos, eran
los limites del
silencio,
yo era el único,
yo era el hijo
que estuvo de chico
con mis padres,
un recuerdo,una alegria
una feria de pájaros
donde había todas
clase de pájaros,
cada uno con sus jaulas,
cada uno con su canto,
en cada jaula había un pajaro,
recuerdo que en una
había un águila,
tan alto como
yo niño y sin embargo
era un pájaro.
4 comentarios:
De niños nos introducimos en conceptos, a veces es difícil discernir muy bien qué sucede alrededor. Coincido plenamente con lo de forjar el carácter, somos individualidad, pero también somos el contexto que nos rodea.
Un placer visitarte
Saludos
Así como de -anna-, me cautiva su torbellino, en vos me subyuga la fuerza de tu sencillez narrativa. Por un momento entré en tu infancia y tu poesía me recordó un poema de Jaques Prevert, sobre las jaulas y los pájaros. Un saludo. Un placer leer tu poesía.
definitivamente me identifique con este poema muy realista crei revivir de cierto modo mi infancia que no fue muy conveniente pero que bueno que los pajaros que estan en su habitat natural tienen libertad y alas para volar sin problemas.
Elocuente el poema, muy personal, por lo que alcanzo a percibir. La memoria, con todo, es una construcción. El pasado se visita interpretando: alzamos y desmoronamos las grandes figuras. Al final, creo que es algo como la misma historia: un fresco legendario, lleno de mitos. Ante esto, cabe una gran sospecha. Saludos y gracias por integrar EL INVIERNODELINVIERNO en tu poético espacio: Matías.
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