La Verdad, esa que tanto se parece a la belleza
Disculpe las molestias.Prueba actualizar la página para ver si todo vuelve a la normalidad.
miércoles, 20 de noviembre de 2024
Siempre da pena ver, las persianas de los negocios cerrados.
viernes, 15 de noviembre de 2024
Un meteorito cae sobre la tierra.
Un meteorito cae sobre la tierra.
Aunque parezca asombroso
El meteorito no cae. Se queda flotando como una nube.
No se hunde ante nuestra más profunda indiferencia.
Ni lo mosquea nuestros agravios e insultos.
Alguien le puso una correa y lo llevó a pasear.
Molesta a los que quieren un día de sol
Ver el cielo sin una nube, o estrellado.
Él se acerca, se acerca hasta ocultarlo.
Su superficie rocosa, de roca más liviana que el aire.
Estropea la mejor vista, de acantilado, de infinita soledad.
El meteorito nos ve, pero se pone siempre adelante.
De lo que queremos ver…
Aliviado porque no se haya estrellado contra el suelo que conocemos.
Ahora nos molesta esa presencia etería, de globo aerostático
Tiene voluntad, pues cuando se empecina
No hay viento que lo mueva
Cuando quiere quedarse
Fijo como un pariente molesto.
Nunca se va si encuentra un lugar.
Donde no pasa desapercibido
¿Habrá otros en otros lugares?
O es siempre el mismo.
El que sale en todas las postales.
miércoles, 13 de noviembre de 2024
Posibles paraísos, posibles dos.
lunes, 11 de noviembre de 2024
La mujer que vive detrás de un escritorio
Hace un tiempo que voy a una oficina…
A retirar unos turnos,
A renovar recetas.
A perder el tiempo.
Hay una señorita que trabaja allí
Detrás de una mampara o de un monitor.
Obserba tablas, resibe consultas, da turnos.
Siempre que fui
Solo le pude ver tan solo su torso.
Su rostro joven, su pelo lacio…
Callendo como una natural cascada.
Sobre su rostro.
Ayer le pude ver
Abandonando su escritorio
Llevando apuro, con un bolso pequeño.
Que se le bamboleaba,
Como el pendulo de un reloj antiguo
Sobre su cadera.
Vestía una blusa clara.
Que bien le combinaba.
Con una falda, motivos florales
Que apenas le cubría
Tres cuartas partes de sus piernas
De tanto verla, solo su busto
Se me había hecho la creencia.
Que de ella, se trataba de una sirena.
O la pariente lejana de un centauro.
Pero no, ya lo vi ayer.
Que solo era una mujer.
Que vive detrás de un escritorio.
Fue ayer que le pude ver.
Tan desprotegida y timorata…
Como un pez fuera del agua.