domingo, 31 de julio de 2016

Trabajamos juntos por unos meses





Trabajamos juntos por unos meses
En la misma casa
Delante de toda la obra
Me dio su beso de despedida
Tan cálido, que solo puede darnoslo
La tierra en invierno
Cuando guarda para si el verano
Sin que nadie, que estaba en la sala lo viera
Dejo caer entre mis manos, una nota
Que estaba fuera de libreto
Papel sin sobre, prolijamente doblado
Que solo pude leer
Cuando mis manos creyeron oportuno
Que lo vieran mis ojos
La misiva, comensaba así; “Sabes…
Que trabajo los marte y viernes
Hasta después de las ochos.
Que mi numero de whatsapp es xxxxxxxxxxx
…sabes tantas cosas
Pero lo que no sabes, es cuanto te quiero”
Sus letras, dentellaron mi razón
Arrancaron cada pulgada de mi psique
El martes siguiente, me quede horas
Desde la ventana de un bar
Mirando la puerta de la casa
Me hice habitúe a los desengaños
Tatúe mi rostro a su ventana
Pero ella nunca llego
Peor aun, nunca la vi partir
Con toda la ilusión a nuestro encuentro
Nunca su rostro miro donde estaba el mío
Ni siquiera pude verla, en los demás días
Como ese martes fueron los siguientes
Tampoco pude hallarla en ese número
Que me había escrito, con su mano temblorosa
Que asemejaba a la cifra de un rescate
Pasaron los meses, los años
Solo me queda este papel
Que mis ojos jamás creyeron, ficticio.







jueves, 14 de julio de 2016

Una mujer me robo, mi corazón



Una mujer me robo
Mi corazón, el mismo
Que iba a darte
No se forzó mucho , para quitármelo
Y eso que no soy flojo de amarras
Me encandilo su piel
Palida, como misteriosa es la luna
Su pelo negro, oscuro
Renegrido como las plumas de un cuervo
Su voz, insospechada
Como el chasquido, de una rama
Ahora que me he quedado sin nada
Más que la vaga promesa
De volverla a ver.





lunes, 11 de julio de 2016

Para escribir unos poemas



Para escribir unos poemas
Sentar unas ideas en un papel
Se compro una maquina de escribir
Igual como la que usan los escritores
Una profesional, le aseguro el vendedor
Una con todas las letras, del abecedario
Quiso comer unos churros, recién hechos
Un día que no dejaba de llover
Y se compro una maquina para hacer churros
Otra maquina para lavar la ropa
Y otra, porque la ropa no se secaba
Una maquina para hacer pastas
Otra para cortar el pasto
Una maquina de cocer porque, siempre hace falta
Cuando la vio a ella
No tubo mejor idea
Supo lo que le hacia falta
Una maquina de hacer hijos
Porque una cama sola, no era suficiente.








lunes, 4 de julio de 2016

Llueve todo el tiempo



Llueve todo el tiempo
¿La lluvia es un castigo o un consuelo?
Llueve a cada instante, a cada momento
No puedes negarlo
Como la lluvia
A si te he amado
Me mude a un país
Donde los plátanos
Son la planta nacional
El arbusto que más crece
Donde no hay uno
Sino varios en cada vereda
Donde nadie los podas ni los lastima
Más que por el propósito embellecerlos
Donde a nadie sufre de alergia al polen
Mas que la del trabajo, de la explotación
De leve cercanía de un supervisor
La voz de mando, los enferma más que la primavera
Donde siempre esta lloviendo
Aunque digan que va ser buen tiempo
Pero aquí, nadie se moja
Porque llevan paraguas o piloto
Porque la lluvia la ven por la tele
O el que no tiene un televisor
La ve por una ventana
La escuchan por la radio les cantan en los tejados
Llevan todas ropas húmedas, percudirás
Sin lavar, porque nunca terminan de secar
Y las camas huelen ayer
Como si tuvieran memoria
Porque los cuerpos rehúsan el decoro
De un perfume
Pero no al recuerdo de las flores
Hay un día, se me apareció
Como un sueño, como un espectro
Cuando ya no la esperaba
Hay estaba en la puerta, como cuando
Vienen los religiosos, a decirme
Que ya no creen en dios, si no tengo nada para ayudarles
Un gesto, unas palabra amiga
Que les alivie, a pasar este mal trago, de esa abstinencia divina
Mas amarga que un remedio, que la realidad
Hay en la puerta, junto al jardín apenas florecido
Apenas marchito por los esquivos rayos del sol
Con su cartera en la mano
Y en la otra una valija y un camión de mudanza
Atrás de ella, esperando
Me pregunto, si no tenia un cuarto
Donde poner una mesa y dejar unas cuantas hojas
Donde guardar un pensamiento, recuperar un aliento
Que venia escapando de su reflejo
De una mujer que no era ella
Con mucha más edad, más vieja, la perseguía
No quería despertar, sin siquiera
Una vez, haber sido joven
Le di mi cuarto, y yo me mude
A mi estudio
Donde escribo, tengo por costumbre
El encanto de una hoja
En este país, nadie le dice al otro que lo quiere
Porque todos dan, por descontado, que uno vive en el otro
Y el otro vive en uno
Por eso, cuando la vi
Le dije, que ya creía
Que de mi, me había olvidado.
Que ya no tenía un rostro
Ni un pasado.