martes, 6 de octubre de 2015

Una niña tiene un globo



Una niña tiene un globo
Lo lleva a todas partes
Atado a un cordel
Como si el globo tuviese voluntad propia, de acompañarla
Al principio, la niña no se daba cuenta
Pero todo lo que ella quería
Lo tenía atado a un cordel
La puerta verde, con su picaporte de bronce
El reloj antiguo, de manijuelas de plata
Los utensilios de la escuela, lápices, crayones
Las muñecas, de porcelana china
El carro donde las llevaba
Todas las tardes a pasear al parque
El perro de color chocolate
Que ladraba y saltaba
Cada vez que llegaba la hora del paseo
Pero había cosas
Tan imperceptibles, tan diáfana como es la alegría
O su ausencia, que es también su recuerdo
Un atardecer de verano
La música, de los primeros acordes de la primavera
Que no le podía llevar, atado a un cordel
Porque eran tan inabarcable, como son los sueños
Para eso están las palabras
Me decía con ojos tan grande, como una premonición
Con el solo echo de nombrar al mundo
Era para ella, como si se lo llevara consigo
Con las palabras formaba cordeles
casi imperceptibles, como entrañables.


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