Tu sabor es delicioso
Tu herida jamás satisfecha
Muere el día en tus fauces
Su goce confunde al más confiado
El vilipendio de tu vos, nos vuelve irascibles
Su fina seda con la que esta hecha
Delicados como niños
Nos hace llorar su abandono.
Enloquece quien tiene alguna razón
Leyó algún libro
Labro alguna tesis
Discernió algún pensamiento
El fervoroso deja los caminos y es dejado
El libre es aprendido por el madero
El pobre se vuelve miserable, avaro
El rico no le basta con su requisa, renombre
Las uñas de la fiera más renegrida
Se oculta detrás de tus ojos
La sed que dice calmar con beneplácito
Tu boca la desmiente a cada rato
Tu envase es reticente a los golpes
Magullones, torceduras
Quien te ha probado
Su poca razón lo sentencia
Para el existen los grifos
Las catacumbas más estrechas
Los antros más oscuros
La roca caliza desprovista alguna certeza
Donde no crece ni la desesperanza
Querrán tenerte, se aferraran a esa locura
Como quien vive se afear a los días
a su infortunio.
sonata-cesar franck
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