lunes, 2 de noviembre de 2009

Cielo y Tierra



Puedo trasmutar en otras miradas
vivir en la tierra yerta
ser su alimento.

Se que mis palabras
provocan tormentas
tormenta de arena y viento
aluvión de los desiertos.

Sal que otros días fuiste mar
mar que hoy es desierto
espejos de sal
nubes de viento.

Mi vida se va con esas nubes
mientras mi cuerpo
se queda en este suelo.




El pequeño tren de la Caipira Heitor Villalobos

2 comentarios:

Esmeralda dijo...

Cuanta soledad tiñe tu tierra y se transforma en tu piel...
Cuantos cuervos deambulan cuando hay tanta vida por esos lugares...
Sera que prescienten la muerte de un sueño...

Besos Esmeralda

Eduprecidente dijo...

Esmeralda:vida no tendrías que haber sido vida, nunca, pero una vez vida, no tendrías que haber sido muerte.

Besos, Esmeralda
Edu